Palmarés

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jueves, 1 de marzo de 2012

Estudio del Origen de la Gallina Extremeña.


Este artículo está escrito desde mis años de experiencia en la cría de esta raza y desde el afán por recopilar información, aprender y transmitir las impresiones que he sacado en estos años de estudio de la raza de gallinas autóctonas de extremadura. El año pasado "cansado de luchar y nadar en contra de la corriente"  decidí dejar de criar y seleccionar gallinas extremeñas y abandoné los proyectos referentes a esta raza, si bien quisiera compartir con vosotros estas conclusiones para que si las creeis acertadas, prosigais en la búsqueda de información que de luz al origen de esta raza de gallinas y así conocer mejor qué podemos esperar de la evolución de esta raza.


ESTUDIO DEL ORIGEN DE LA GALLINA EXTREMEÑA.

El siguiente estudio, está basado en la posible influencia que tuvieron las razas de gallinas leonesas, Pardo de León e Indio de León y Andaluza Azul, sobre nuestra Gallina Extremeña.

Las conclusiones que me han llevado a pensar que ha sido así, son; aparte del gran parecido morfológico de estas razas, con la raza en estudio; es que durante bastantes años ha habido un trasiego de ganado procedente de la provincia de León, hacia tierras extremeñas y andaluzas, con motivo de la trashumancia. Los ganaderos que hacían trashumancia desde tierras leonesas, utilizaban las cañadas: Vía de la Plata o Vizana, Leonesa Occidental y Leonesa Oriental, para trasladar sus animales desde León hasta Extremadura, prosiguiendo en algunos casos hasta tierras andaluzas, limítrofes con Badajoz.
 
http://www.benllera.com/historia_16.htm
Se transcribe aquí un artículo sobre las vías pecuarias en León, donde se hace referencia a algunas que pasan por Benllera (resaltado en azul).
De León a Extremadura. Las grandes vías de la Mesta
La cañada de La Plata o de La Vizana
La cañada Leonesa Occidental…..
La cañada continúa por el puente Villarente, donde se le une una cañada importante provedente de La Vecilla y Valdelugueros, en la cuenca alta del Curueño. Sigue hacia Mayorga de Campos, ya en la provincia de Valladolid, donde también recoge otro cordel que procede de Boñar y Puebla de Lillo, en el alto Porma, y de la montaña de Riaño. Prosigue por Medina de Rioseco, Tordesillas, donde atraviesa el Duero, Medina del Campo y Arévalo.
Cruza, a continuación, la Sierra de Gredos por los puertos de Menga y El Pico y desciende hacia el Valle del Tiétar y Navalmoral de la Mata para salvar el Tajo por el puente de Almaraz. Atraviesa el puerto de Miravete, y ya en Trujillo se le incorpora la de La Plata. Después de cruzar Medellín muere en las proximidades de Segura de León en la provincia de Badajoz.
La cañada Leonesa Oriental……
La cañada recorre un corto tramo en la provincia de Cáceres y atraviesa totalmente de Norte a Sur la de Badajoz. Cruza el Guadiana por la barca de Peloche y más al Sur también el Zújar, entre Esparragosa y Campanario. La cañada recorre los extensos pastizales sin arbolado de La Serena -las dehesas que aún utilizan algunos rebaños de ganaderos leoneses- y va a morir en Montemolín, cerca del limite de la provincia de Badajoz con las de Sevilla y Huelva.
Cordel de Valdelugueros
La comunicación directa desde los puertos de Valdelugueros y La Vecilla con la Cañada Leonesa Occidental se realiza por la ribera del Curueño, margen derecha, y posteriormente por la del río Porma (Cañada Real de Boñar), que enlaza en este último pueblo con el puente Villarente.
Una de ellas es el mencionado cordel de La Tercia y Gordón, y otra el cordel que desde Boñar conduce los rebaños del Curuefio y el Porma, hacia la cuenca del Esla para alcanzar la estación de El Burgo Ranero.
Los rebaños de ovejas que habían acudido a la montaña para aprovechar los frescos pastos durante el verano (el arriendo de dichos puertos suponía una importante fuente de ingresos para los pueblos) abandonan la montaña hacia las tierras extremeñas. Este hecho tenía gran importancia puesto que   gran parte de los pastores eran de la montaña (separándose de sus familias durante todo el invierno). Debemos tener en cuenta que la Cañada Real de Boñar constituía una de las vías más importantes de León, transitando por ella los rebaños procedentes de las cuencas altas de los ríos Porma y Curueño. Una vereda importante de esta cañada era la del Puerto de San Isidro. Dicha vereda, después de atravesar Puebla de Lillo y la collada de Barbadillo, llegaba a las Cuevas de Armada  y desde allí se dirigía hacia el río Esla a través de Reyero. Otro ramal descendía atravesando la Vega de Vegamián hasta llegar a las Ventas de Ferreras (donde actualmente se sitúa el muro del pantano).


Concretamente la Cañada Real Leonesa Occidental, se nutre de la Cañada Real del Boñar y del Cordel de Valdelugueros, que transitan por tierras dónde desde tiempos ancestrales se crían gallos de raza Pardo e Indio, con objeto de utilizar sus plumas como cebo artificial para la pesca de trucha. La cría de estas dos razas de gallinas, se reduce a varios pueblos del entorno del río Curueño, puesto que fuera de ese entorno, la calidad de la pluma se merma y ya no son aptas para utilizarla en el montaje de las moscas artificiales. Los pueblos más significativos en la cría de estos gallos son: El Boñar, La Vecilla, Campohermoso, La Candana de Curueño, Aviados, La Matica y Valdepiélago.



Los criadores de esta raza se ubican en Campohermoso, La Candana de Curueño, La Vecilla de Curueño y Valdepiélago



Apuntes de la página web de Nocedo de Curueño (Leon)



La vieja calzada romana convirtió su pavimento en cordel ganadero para la trashumancia del ganado que en los últimos tiempos descargaba el hullero en la estación de La Vecilla. Su trasvase de los raíles a la pezuña era un espectáculo muy apreciado por los coleccionistas de tipismo de su colonia veraniega, que llevaban a León u Oviedo en sus retornos otoñales una imagen insólita, de otro tiempo.


La Cañada Leonesa Occidental, en sus inicios, recoge principalmente los ganados de los puertos situados en la cuenca alta de los ríos Bernesga y Torio en la montaña central. Los diferentes cordeles y veredas que la forman se dirigen hacia la ciudad de León, la bordean y se unen en Puente Castro antes de cruzar el Torio. Continúa por el puente Villarente, donde se le une una importante cañada procedente de Valdelugueros y Puebla de Lillo que desciende por La Vecilla. Continúa por Mayorga de Campos, donde se une otro cordel procedente de las montañas de Riaño, Medina de Rioseco, Tordesillas, donde cruza el Duero, Medina del Campo y Arévalo.





Apuntes extraídos de la página web de La Vecilla del Curueño.


LA VECILLA DEL CURUEÑO (LEON)

Esa costumbre de relacionarse con gente de otros lugares convirtió en coser y cantar la atención a los nuevos visitantes, que primero venían por semanas a tomar las aguas en las caldas y luego, los más pudientes, a instalarse los cuatro meses del veraneo.
  Hasta entonces estos montañeses se dedicaban al pastoreo trashumante y al aprovechamiento de las maderas del bosque para labrar aperos con los que hacer el trueque en los mercados de Tierra de Campos. Los más decididos echaban el invierno en los cortijos andaluces o machacando aceituna en los molinos de aceite. Se les conocía como sándalos y cuando regresaban en primavera traían un deje peculiar, alguna guitarra y más arte para el alterne.

GALLOS PARA LA PESCA.

Aunque uno no tenga esa inclinación, sería una injusticia no ponderar a las truchas del Curueño, que se pescan con moscas ahogadas hechas con plumas de los famosos gallos de la zona. Estos gallos se crían en unos pocos pueblos del contorno: La Cándana, Aviados, Campohermoso y La Matica. Sus ventajas como reclamo ya figuran en el célebre «Manuscrito de la Trucha», un manual del siglo diecisiete regalado a Franco en uno de sus viajes y lamentablemente perdido para siempre.


Se podría decir sin lugar a equívocos que cuando los ganaderos procedentes de tierras leonesas venían a tierras extremeñas, traían aparte de su ganado lanar y caprino, ganado porcino, vacuno y gallinas. Las cuales tras estar en Extremadura, volvían a retornar a sus tierras de procedencia, pudiendo quedar muchas de ellas en nuestra región, por intercambios con ganaderos de nuestras zonas, de ahí la posible influencia sobre las gallinas que se criaban en Extremadura.
En cuanto a la posible llegada de Gallinas Andaluzas, a nuestra región, especialmente a las comarcas de la Serena, lugar de llegada de los pastores trashumantes de León, podríamos decir que por cercanía y por muchos lazos de unión, es posible que hubiera habido en tiempos ancestrales intercambio de animales entre criadores pacenses y cordobeses, onubenses y sevillanos. No sólo por ser provincias limítrofes, sino por que al igual que hoy en día ocurre, muchos de los propietarios de fincas del sur y del este de Badajoz, eran originarios o vecinos de esas provincias andaluzas, por consiguiente bien pudieron haber traído en sus viajes gallinas andaluzas a tierras extremeñas.  


El libro “El Industrial” de  Chaori y Barber, editorial Est Tipolitográfico de J. Corrales. C/ Monserrat, 10 de Madrid, del año 1898, dice sobre la Gallina Andaluza:

En España poseemos ocho razas principales de gallinas, que son:

Andaluza: se cría por todas partes, pero principalmente en las provincias meridionales y en las de levante, Andalucía, Extremadura, La Mancha, Murcia y Alicante. En Andalucía se le conoce con el nombre de “gallipava”. Apreciada por la finura de la carne, por los muchos y voluminosos huevos, de los que muchos tienen 2 yemas, así como por su rusticidad y la belleza de su forma y plumaje: el gallo de porte majestuoso y robusto, presenta la cresta muy desarrollada y profundamente dividida en su borde libre. El cuello es ancho en la base y las barbillas largas y finas. Las orejuelas son blancas y bien desenvueltas. La coloración del plumaje, generalmente negro, varía en intensidad, y puede, a veces, presentarse teñido de diversos colores. Las plumas de la cola, en los gallos, con reflejos verdosos atornasolados, son folcadas; y la cola de la gallina es vertical, por el desarrollo que toman las plumas timoneras. En el gallo, las plumas están encorvadas en forma de hoz, tienen cuatro dedos y las patas azuladas. El color de la cresta es rojo un poco pálido, siempre alta y derecha. En la elección para la cría, y particularmente en el gallo, deberán desecharse todos los que no ofrezcan estos caracteres distintivos.

La raza andaluza alcanzó muy ventajosos precios en los mercados consumidores, particularmente en Paris y en Londres, en donde llegaron a pagarse a 15 francos las gallinas y hasta 25 los gallos, dándose siempre la preferencia a los individuos de plumaje negro.

La gallina andaluza solo tiene un defecto: es mala incubadora.


Se supone que al hablar en el libro anteriormente referenciado, de gallina andaluza, lo hace designando a una gallina determinada que existía en gran cantidad, en tierras andaluzas. Posiblemente esta gallina antigua fuera quien diera origen a las gallinas andaluzas azules, sureñas y utreranas, y por qué no, a la gallina Extremeña, quien presenta una morfología muy parecida a ellas.
 Sirva esta imagen para observar el gran parecido entre nuestras Extremeñas y esta Gallina Andaluza Antigua.

Como se observa, en el libro “El Industrial” se habla de la gallina “gallipava” como gallina antigua que existía entre otras regiones en Andalucía y en Extremadura. En partes de Extremadura; al menos por la zona de Hornachos –Badajoz; y en partes de Andalucía, se conoce como “gallipavas”, a las gallinas de cuello desnudo, si bien puede ser que existiera una “gallipava”  (que según el Diccionario de la Real Academia Española es: Gallina mayor que las comunes, abundante en las regiones españolas de Andalucía y Murcia ), que fuera abundante en animales de cuello desnudo y de ahí, se derivara el conocer a las “gallipavas” en estas zonas como gallinas de cuello desnudo.
Esta referencia de una gallina que existió en Andalucía y en Extremadura en los años anteriores al 1898 y que puede coincidir en morfología con el grupo de animales que localizó Fernando Orozco en Extremadura y que dieron origen a la “Gallina Extremeña”, debería de ser motivo de un estudio profundo y fundamentado.

 
En el libro de “Razas de Gallinas Españolas” de Fernando Orozco Piñán. Editado por Mundo-Prensa en 1989, en el dice sobre nuestra gallina:
Es una raza que hemos creado a base de aves que, aunque escasas, existen aún en algunos cortijos de Extremadura. Estas gallinas, como todas las autóctonas que se encuentran en el medio rural, tenían una gran (1) heterogeneidad en colorido, pero mostrando siempre la existencia del gen Bl que produce el color gris ceniciento que denominamos <<azul>>.       



Apuntes tomados de www.andaluzaazul.es
En conclusión, y después de haber leído la historia de la gallina Andaluza Azul y sobre todo ver la foto histórica. Podemos decir que en el origen no tuvo el orillado de la pluma que actualmente tiene. Según esto se puede explicar la presencia en Andalucía y España de gallinas Andaluzas azules que cumplen el patrón racial pero que no tienen el orillado. Estas gallinas son las originarias o "madres" de las actuales Andaluzas azules. Claro está, mucho menos seleccionadas para la exposición que las actuales andaluzas azules.


Por ello mi conclusión es que las cañadas reales citadas, pudieron haber sido el nexo de unión de las razas leonesas con las andaluzas, que bien pudieron haber dado origen a la Gallina Extremeña, como dieron origen al Indio de León. El cual, si es observado con detenimiento, se puede comprobar que es la raza de gallinas más parecida a la Extremeña.

Si tomáramos como cierta esta teoría, podríamos darle significado a muchos de los defectos que se han ido eliminando de nuestras gallinas o incluso hoy en día seguimos tratándolos como defectos, como es el caso de:

-               Orejilla blanca (tanto Pardo como Indio), si bien la evolución de la Extremeña, ha hecho que este aspecto sea eliminado.
-               Apéndices en la cresta: Hay un tanto por ciento de ejemplares de Indio y de Pardo que presentan cresta en rosa, por ello bien pudiera ser esta la causa de la existencia de estos apéndices en las crestas de la Gallina Extremeña).
-               Barbillas grandes (Pardo e Indio).
-               Cresta ligeramente caída a los lados en las hembras (Pardo e Indio).
-               Dedos y patas azul-gris pizarra ( Indio).
-               La cresta se alarga hasta el pico y se apoya en él (Pardo).
-               Cola bastante elevada hacia arriba con abundancia de plumas (Pardo) y bastante desarrollada y bien arqueada, con arranque en ángulo recto (Indio).
-               Sin dejar de hacer alusión al famoso “doré” o “dorado” que tantos quebraderos de cabeza nos está dando, que aparece en el noventa o noventa y tantos por ciento de los ejemplares de extremeña y que es la característica más apreciada en las razas leonesas.
-               Otro aspecto que no podemos obviar es que Orozco decía de la Gallina Extremeña : La segregación es similar a la de la Andaluza Azul, con unas proporciones de : 1/4, 1/2 y 1/4, para los colores negro, azul y blanco sucio, respectivamente. Por lo demás, es ave de tipo atlántico, sin que sea perfectamente representativa de dicho formato, siendo las razas leonesas las que le darían a la Extremeña esta consideración de gallina Atlántica.



http://soygallero.jimdo.com/gallos/
Así como ignoramos los orígenes del gallo “Pardo” y de la raza primitiva de la que éste pudo derivar, con el gallo “Indio” tenemos la certeza de que se trata de un descendiente de la raza “Andaluza”, hoy prácticamente desaparecida de esta región, donde su cría alcanzó, tiempo atrás, gran difusión, por ser su gallina en aquella época, una óptima ponedora de huevos.
El gallo “Indio” leonés tiene rasgos y características muy similares a los de la raza “Andaluza” de la que proviene, que a su vez está emparentada con “ La Española ”, raza de la que posiblemente desciende, y cuyos orígenes también se pierden con el transcurrir de los siglos. Aclimatada esta raza a la región leonesa y utilizadas sus plumas para la pesca, la búsqueda de nuevas tonalidades de color debió de motivar a los criadores y pescadores a cruzarla con otras especies, entre las que sin duda estuvieron ejemplares negros, como la “Castellana negra”, y otros rojizos.


Espero que hayáis llegado hasta aquí leyendo este artículo y que no os haya sido difícil, ni pesado de leer.

Espero también haber sabido expresar lo que quería exponer y desde aquí me despido y les mando un fuerte abrazo a cuantos compañeros y amigos he conocido en mi periplo como criador y seleccionador de gallinas extremeñas, ofreciéndome a colaborar de una forma más relajada con ellos en futuros proyectos.

Espero que este estudio sirva de debate en los foros que se preocupan de mostrar el potencial y la belleza de nuestra gallina autóctona, puesto que creo que sin conocer el origen de la gallina extremeña, difícilmente será posible conocer su evolución y seleccionar con criterio.

Un saludo.

 

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